domingo, 16 de mayo de 2010

LA SALUD Y LOS TELEFONOS CELULARES

Elmer Huerta.
Hace unos días suena mi teléfono celular, el que desde ya hace algunos meses he tratado de alejar un poco mas de mi cuerpo (pero no de mi rutina) y contesté a través del sistema Bluetooth de mi carro. Era la Dra. Devra Davis, directora del Centro de Cáncer y Medio Ambiente de la Universidad de Pittsburg. Hoy día, me dice Devra (a quien percibo me esta hablando a través del parlante incorporado de su celular), el Dr. Ronald Herberman, director del Centro de Cáncer de la universidad ha enviado un memorando a sus 3,000 empleados diciéndoles que los teléfonos celulares pueden ser perjudiciales para la salud. Hey Devra, le digo, eso es revolucionario, nunca he escuchado una alerta de este tipo; si me dice, es la primera vez que sucede esto es EEUU. Para aumento de mi sorpresa, me dice que algunos países como Francia, Alemania e India ya han lanzado recomendaciones para limitar la exposición de radiación electromagnética en sus pobladores y que además el Departamento de Salud Pública de la ciudad de Toronto en Canadá, esta aconsejando a los niños y adolescentes a que limiten el uso de teléfonos celulares para evitar futuros riesgos. Le agradecí la llamada y quede en revisar los documentos científicos en los que se baso el Dr. Herberman para hacer tan atrevida recomendación a su personal. Las recomendaciones del panel de expertos han sido publicadas en la pagina web del Centro de Cáncer y Medio Ambiente de la Universidad de Pittsburg y sirven de base para este blog. El asunto empieza cuando se entiende que un teléfono celular no podría funcionar si no fuera por que es un aparato que recibe y envía ondas electromagnéticas a través de su antena. Estas ondas electromagnéticas, de acuerdo a muchos expertos deben considerarse como elementos contaminantes, potencialmente peligrosos para la salud. Quizás una analogía interesante seria compararla con el humo del cigarrillo, que ahora bien sabemos, no solo afecta al usuario del cigarrillo, sino a todas las personas que respiran el aire contaminado con el humo. El problema se produce cuando se entiende que para poder escuchar la conversación, el teléfono celular debe ser colocado en el oído, pegado a la cabeza, separado del cerebro solo por el cuero cabelludo y el hueso del cráneo. Un estudio realizado por un investigador asociado al IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers) demuestra un cálculo de la “absorción” de ondas electromagnéticas provenientes de un teléfono celular, en diversas edades, en el cerebro de un ser humano.
750) this.width=750" border=0> En la foto que mostramos arriba, se ve el efecto de las ondas electromagnéticas de un teléfono celular en el cerebro de un niño de 5 años, uno de 10 años y en un adulto. A la mano derecha está la escala de intensidad de la radiación, que va del rojo y anaranjado en la parte alta (mas fuerte), al blanco en la parte baja (menos fuerte). Cada imagen representa un corte transversal del cráneo (como cuando se abre una papaya) y la imagen pequeña ovalada anaranjada de la parte baja representa el teléfono celular, emitiendo radiación (señal anaranjada fuerte). Se puede ver como las ondas (a mas anaranjadas mas potentes) se distribuyen dentro del cerebro. En el niño de 5 años, las ondas casi llegan hasta el otro lado del cerebro, en el de 10 años hasta la mitad y en el adulto hasta la tercera parte. En los niños, el cerebro absorbe mas radiaciones electromagnéticas por el menor tamaño del cerebro y por tener tejidos mas blandos. ¿Qué efecto tienen estas ondas electromagnéticas en el funcionamiento y en la estructura de nuestro cerebro?. Pues esa es la gran pregunta, la que según el Dr. Heberman y otros expertos no tiene todavía una respuesta definitiva; pero que según el panel de expertos internacionales que motivó al Dr. Heberman a escribir su memorando, ya tiene una respuesta que apunta en una dirección no muy favorable para la salud de los usuarios de teléfonos celulares. Por ejemplo, recientes estudios han demostrado que los teléfonos celulares alteran las ondas cerebrales alfa y delta, responsables de la vigilia y el sueño, habiéndose demostrado que pueden ser causa de insomnio en sus usuarios. Otros estudios han demostrado que las ondas electromagnéticas alteran la llamada barrera hematoencefálica (una especie de filtro que separa el tejido cerebral del sistema circulatorio y protege al cerebro de sustancias indeseables para este órgano). Ciertas proteínas, llamadas “proteínas de estrés” son también mas abundantes como consecuencia de la acción de las radiaciones electromagnéticas. Por ultimo, recientes estudios, que incluyen a personas que han usado el celular por lo menos durante 10 años muestran una posible asociación con tumores benignos del nervio auditivo (neuromas acústicos) y con ciertos tipos de cáncer del cerebro. El gran problema es que las investigaciones mas recientes y mejor diseñadas no tienen más de 10 a 15 años de buen seguimiento, y al igual que ocurre con el humo del cigarrillo, que necesita mas de 30 años para producir el cáncer del pulmón, es posible que las investigaciones no demuestren todavía el verdadero efecto de las radiaciones electromagnéticas sobre la salud de las personas hasta el año 2025 o 2030. Entonces, ¿qué hacer?. Siempre pensando que si se yerra, debe errarse en el lado del público y dado que las investigaciones no pueden ni probar ni refutar los posibles daños que los celulares pueden producir, el Centro de Cáncer y Medio Ambiente de la Universidad de Pittsburg hace las siguientes 10 recomendaciones preventivas a los usuarios de teléfonos celulares: 1. No deje que los niños usen un celular excepto por emergencias. Es probable que los órganos en desarrollo de un feto o niño sean sensibles a los efectos de la exposición a campos electromagnéticos. 2. Al usar su teléfono celular, trate de mantener el teléfono celular lo mas lejos posible del cuerpo. La amplitud del campo electromagnético es cuatro veces menor a una distancia de 5 centímetros y cincuenta veces menor a un metro de la antena. Siempre que sea posible, utilice el teléfono con el parlante incorporado o con auriculares de tipo Bluetooth, los que emiten frecuencias que son 1/100 menos potentes que la antena del teléfono celular normal. El uso de audífonos con cables puede también reducir la exposición. 3. Evite utilizar su teléfono celular en lugares cerrados, como en un autobús, donde usted puede exponer pasivamente a otras personas con los campos electromagnéticos de su teléfono. 4. Evite llevar su teléfono celular pegado al cuerpo, pongalo en su maletín o la cartera. No lo ponga debajo de la almohada ni en la mesa de noche, especialmente si esta embarazada. Si tiene que llevar el teléfono con usted, pongalo en modo "vuelo" o "fuera de línea" o simplemente apáguelo y revíselo de cuando en cuando para ver si alguien le dejó un mensaje. Personalmente, pienso que si alguien me necesita, me dejará un mensaje, quien no me necesita no lo hará. 5. Si usted debe llevar su teléfono celular pegado al cuerpo (en la cintura por ejemplo), asegúrese de que el teclado numérico este posicionado hacia su cuerpo y el otro lado este posicionado hacia el exterior para que los campos electromagnéticos transmitidos se emitan lejos de usted. 6. Sólo utilice su teléfono celular para establecer contacto o conversaciones que duren unos pocos minutos. Como en el caso del humo del cigarrillo, los efectos biológicos están directamente relacionadas a la duración de la exposición. Para conversaciones más largas, utilice un teléfono con línea de tierra. Recuerde también que los teléfonos inalámbricos de la casa usan una tecnología semejante a la de los teléfonos celulares. 7. Alterne el lado de la cabeza en el que usa el celular para disminuir el riesgo de exposición. Antes de ponerse el teléfono celular en la oreja, espere hasta que la otra persona conteste la llamada. Esto limita el poder del campo electromagnético emitido cerca de la cabeza y la duración de su exposición. 8. Evite utilizar su teléfono celular cuando la señal es débil o al moverse a alta velocidad, como cuando viaja en un coche o en un tren. En esas situaciones, el teléfono esta tratando de conectarse repetidamente a una nueva antena de relevo y el poder de la radiación electromagnética aumenta mucho mas. 9. En lo posible, use mensajes de texto en vez de hacer una llamada, recordando siempre limitar también la duración de la exposición y la proximidad del teléfono al cuerpo. 10. Escoja un dispositivo con el SAR más bajo posible (SAR = Specific Absorption Rate = Tasa Específica de Absorción), una medida de la fuerza del campo magnético absorbido por el cuerpo. Las calificaciones de SAR de los teléfonos de uso común están disponibles en el Internet, buscando "SAR rating cell phones" o "calificaciones SAR de teléfonos celulares”. Les confieso que cuando leí esas recomendaciones por primera vez, me parecieron súper exageradas, que no eran realistas; pero reflexionando en ellas, me di cuenta que no lo eran tanto y ahora aplico muchas de esas reglas en mi vida diaria. No pienso dejar de usar mi celular, simplemente voy a tratar de usarlo de una manera mas cuidadosa. El teléfono celular es parte integral de nuestras vidas y es una tecnología que esta haciendo avanzar el mundo en la dirección correcta de las comunicaciones, pero ante la duda, creo que es mejor protegerse que lamentarse después. Pensamos también que la industria de teléfonos celulares debe darse cuenta que es mejor trabajar en la reducción de riesgos de sus aparatos desde ahora, en vez de hacerlo a las apuradas en algunos años cuando los problemas aparezcan, o de negar lo evidente y meterse en problemas como lo hizo la industria del tabaco. Y para los que tenemos hijos, les digo que los niños entienden muy fácilmente los potenciales peligros y creo que serán adoptadores tempranos de las medidas de seguridad. Al fin y al cabo, ellos usan mas mensajes de texto que mensajes de voz. Hable con sus hijos y cuide su salud.

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