domingo, 28 de abril de 2013

INVESTIGACIÓN | Alzheimer

Aceite de oliva: un año de buena cosecha

Cientos de botellas a la espera de ser llenadas con aceite de oliva.| Manuel CuevasCientos de botellas a la espera de ser llenadas con aceite de oliva.| Manuel Cuevas
Está siendo un buen año para el aceite de oliva, y no me refiero a la producción, que parece que no se vaticina muy halagüeña y ya el precio apunta hacia arriba, sino al reconocimiento científico de sus propiedades saludables en el contexto de nuestra dieta Mediterránea.
Hace sólo unas semanas saltaba a los medios de comunicación nacionales e internacionales los resultados del tan esperado Estudio español Predimed que venía a confirmar, con el más alto nivel de rigor científico, lo que ya se había observado e intuido por décadas. Es decir, que el consumo de aceite de oliva extra virgen protegía contra las enfermedades cardiovasculares en individuos de alto riesgo.
Pero por si eso no fuera suficiente, unos días después aparecía la noticia de que nuestro aceite de oliva, y más específicamente uno de sus compuestos (denominado oleocantal), podría proteger contra el Alzheimer y potencialmente contra otras demencias neurodegenerativas. La importancia de este hallazgo es tremenda si tenemos en cuenta que sólo la enfermedad de Alzheimer afecta a 30 millones de personas a nivel mundial y que, con un mundo en continuo estado de envejecimiento, este número seguirá creciendo de forma alarmante y sin clara indicación de que podamos todavía prevenirla o curarla farmacológicamente.
Como la vasta mayoría de los descubrimientos científicos, éste no fue el resultado de un momento de 'eureka', sino de un largo periodo de experimentación que, como en muchas ocasiones anteriores, surgió de una observación casual que no cayó en saco roto sino en mentes preparadas para 'conectar los puntos'.

El picor del aceite

La historia comenzó aproximadamente hace una década, cuando unos investigadores norteamericanos que participaban en un congreso científico en Sicilia se vieron expuestos, quizá por primera vez, a las sensaciones organolépticas del aceite de oliva extra virgen recién prensado.
En principio, la experiencia de uno de ellos no fue muy positiva, ya que al tomarlo sintió una fuerte sensación de picor en la garganta que le recordó vívidamente a lo que sentía cuando se tomaba ibuprofeno para mitigar sus dolores de cabeza. Esta observación no cayó en el olvido y cuando volvió a su universidad, su curiosidad científica le llevó a embarcarse en la tarea de identificar y aislar el producto del aceite de oliva responsable de la sensación que había experimentado en Sicilia. La fortuna le acompañó y poco después aisló tal sustancia, a la que bautizó como oleocantal (oleo=aceite; cant=picadura; al=aldehído).
No solamente fue capaz de aislar el compuesto sino que además, coincidiendo con su sensación organoléptica inicial, el oleocantal resultó ser un fuerte compuesto antiinflamatorio con propiedades muy similares al susodicho ibuprofeno o la aspirina. Estos resultados fueron tan impactantes y novedosos que fue capaz de publicarlos en la prestigiosa revista científica 'Nature'. Ante tal descubrimiento, este científico y otros en su grupo del Monell Chemical Senses Center y de la Universidad de Pensilvania (EEUU), no se durmieron en los laureles (ni debajo de los olivos) y siguieron indagando acerca de las propiedades del oleocantal.

Alzheimer

Su investigación les llevó a demostrar, y a publicar en el año 2009 en la revista 'Toxicology and Applied Pharmacology', que este compuesto del aceite de oliva virgen extra podría ser útil para la prevención y tratamiento del Alzheimer, ya que era capaz de cambiar la estructura de unas proteínas neurotóxicas que contribuyen al desarrollo de la enfermedad, haciéndolas menos dañinas.
Esto coincidía con la evidencia epidemiológica de que la prevalencia de Alzheimer, al igual que la de las enfermedades cardiovasculares, era menor en países consumidores de aceite de oliva. Sin embargo, en el proceso científico, es importante que se lleven a acabo verificaciones independientes de los hallazgos para asegurar su validez y esto es precisamente lo que se ha producido en las últimas semanas en un trabajo aparecido en la revista 'Chemical Neuroscience', en el que, además de confirmar las propiedades protectoras del oleocantal, se identifica un nuevo mecanismo por el que este compuesto ejerce su función y que se basa en ayudar a disminuir la acumulación de proteínas anómalas que caracterizan el cerebro afectado por Alzheimer.
Por si esto fuera poco, un equipo del Instituto Italiano de Biologia Celular y Neurobiología ha rematado la faena al publicar en la revista 'Nutrition' resultados que muestran que un extracto natural de polifenoles de aceite de oliva podría influir positivamente sobre aspectos relacionados con el aprendizaje y la memoria mediante su efecto sobre las neurotrofinas, de las que ya hemos hablado anteriormente en esta sección. Sin embargo, y a pesar de nuestro natural entusiasmo, hay que puntualizar que este estudio es muy preliminar y además fue realizado en ratones; por lo que aquellos que hayan pensado en reemplazar horas de estudio por aceite de oliva (o de su extracto) quizá deberían esperar a que la evidencia madure y los estudios demuestren su eficacia en humanos.
Es interesante reflexionar acerca de que algo que puede llegar a tener tanta repercusión parece el fruto de la casualidad y de la suerte, pero como ya decía Louis Pasteur: "La fortuna juega a favor de una mente preparada". Por lo tanto, no echemos por la borda, como está ocurriendo, a las mentes preparadas que ya tenemos, ni arrinconemos en un segundo plano la educación de las mentes jóvenes en estos momentos en los que la situación económica obliga a recortar. De lo contrario haremos honor a don Miguel de Unamuno con su "que inventen ellos". Y así nos va.

José Mª Ordovás* es director del laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts (EEUU), profesor de Nutrición y Genética, director científico del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA) e investigador colaborador senior en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (Madrid).
CARDIOLOGÍA | Investigación preliminar

¿Hay 'enemigos' del corazón ocultos en la tripa?

  • Las bacterias del intestino también cumplen un papel importante
Lo decía José María Ordovás la semana pasada en la conferencia inaugural de las XVII Jornadas de Nutrición Práctica celebradas en la Universidad Complutense de Madrid: a medida que la ciencia avanza por los intrincados caminos de la nutrición y la enfermedad cardiovascular, el laberinto se complica un poco más.
Son muchas las novedades que la ciencia ha destapado en este campo en los últimos años, pero también son cada vez más numerosas las incógnitas que, en este sentido, los especialistas tienen que resolver.
Una prueba de esta doble cara la trae esta semana la revista 'The New England Journal of Medicine'. Los datos de uno de sus trabajos aportan otro granito de arena a una evidencia relativamente reciente: el papel que cumplen las bacterias que pueblan nuestro intestino en el devenir de nuestro organismo.
Según este nuevo trabajo, liderado por W. H. Wilson Tang, del Departamento de Medicina Celular y Molecular de la Clínica Cleveland (EEUU), la microbiota resulta clave en la producción de una sustancia 'enemiga' del corazón.
En concreto, este equipo de investigadores ha comprobado que la colina que llega al intestino a través de la dieta (está presente en alimentos como el hígado, los huevos o el bacalao salado), se convierte, 'por culpa' de la acción de las bacterias intestinales, en trimetilamina, una sustancia que posteriormente se transforma en el hígado en óxido de trimetilamina (TMAO), cuyo papel favorecedor de la aterosclerosis se ha demostrado en varias ocasiones.
La acción de la flora bacteriana es fundamental, tal y como ha demostrado la investigación. Sin ella, la 'producción' de TMAO en el organismo se interrumpe.

La investigación

Los científicos llevaron a cabo su estudio en dos fases. Primero, sometieron a un grupo de 40 voluntarios sanos a un experimento alimentario para 'seguir el rastro' de la colina una vez en el organismo. Así, cada individuo debía tomar dos huevos duros junto a una cápsula que contenía una especie de 'trazador' que mostraba el metabolismo de la colina a través de una espectrometría de masas.
Los investigadores comprobaban, a través de análisis de sangre y orina, la presencia de TMAO después de estas provocaciones alimentarias, que se realizaron, tanto con el intestino en condiciones normales, como después de haber sometido a los voluntarios a una terapia intensiva con antibióticos que destruían su flora intestinal.
Los análisis dejaron claro que el tóxico TMAO sólo aparecía cuando la flora bacteriana estaba presente. Mientras la acción de los antibióticos era notable, el metabolito no aparecía.
En una segunda fase, los investigadores quisieron comprobar qué relación existían entre la presencia de unos niveles elevados en plasma de TMAO y la aparición de un problema cardiovascular grave a medio plazo.
Para ello, realizaron a un seguimiento a más de 4.000 participantes que se habían sometido a una angiografía (un estudio del estado de sus vasos sanguíneos), aunque no presentaban signos de padecer un síndrome agudo coronario. El estudio de sus casos a lo largo de tres años mostró que aquellos que tenían niveles más altos de TMAO, también tenían más riesgo de padecer un ictus o un infarto, tal y como sospechaban los investigadores.
En su trabajo, estos científicos reconocen que su trabajo abre nuevas e importantes vías de investigación, como conocer la utilidad de restringir los niveles de colina en la dieta o averiguar si puede utilizarse una 'terapia antimicrobiana' para reducir de forma significativa el riesgo cardiovascular, aunque serán necesarios muchos estudios para llegar a una conclusión clara.
Coincide con su punto de vista Enrique Galve, presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). "Es un tema muy interesante y la investigación está muy bien hecha, pero lo cierto es que estamos todavía muy lejos de que esto produzca una evidencia científica que se pueda aplicar al día a día", señala el especialista.
"No se sabe aún cuáles son las bacterias responsables de esto, ni cómo podríamos librarnos de ellas, porque la eliminación de toda la microbiota no es una opción, así que hay que esperar al resultado de nuevas investigaciones", continúa Galve, quien cree que "serán muchas las hipótesis que surjan a través de este trabajo".
Por otro lado, el cardiólogo cree que, aunque útiles, estudios de este tipo sirven de acicate para la industria de los alimentos funcionales, que los utiliza como apoyo de sus propias propuestas. "Lo cierto es que, a día de hoy, la mayor parte de estos productos se sustenta en un respaldo científico extremadamente limitado", concluye.

Cuando la relaciones sexuales se dan dentro de la prisión

Interior de uno de los módulos de la cárcel de Picassent. | Benito PajaresInterior de uno de los módulos de la cárcel de Picassent. | Benito Pajares
  • El sexo y las relaciones sociales son muy importantes para la psicología de los presos
  • Según expertos, a mayor salud psicológica, menos reincidencia en el delito
Beatriz G. Portalatín | Madrid

anapixel
anapixel
anapixel
Dice el artículo 25.2 de la Constitución Española que el fin de las personas internadas en prisión es la reeducación y la reinserción social. Pero a veces, y tal como aseguran algunos expertos, se da una contundente paradoja: se intenta reinsertar a alguien separándole, "privándole de otras necesidades básicas del ser humano, como son sus necesidades sociales, emocionales y sexuales, asociadas a su salud y necesarias para su futura reinserción, y que van más allá de la pena privativa de libertad en prisión".
Así, lo asegura a ELMUNDO.es Rodrigo J. Carcedo, profesor de la Universidad de Salamanca y uno de los autores del reciente estudio publicado en la revista 'The Spanish Journal of Psychology'. Este estudio, realizado también por otros investigadores de las universidades de Carolina del Norte (EEUU) y de la ya nombrada Universidad de Salamanca, tiene como conclusión que las necesidades sociales y sexuales son muy importantes para la salud psicológica de los presos.
Además, explica que otros estudios han comprobado que una buena salud psicológica se relaciona con a la mejora de la conducta del preso en prisión, del proceso de reinserción y con una reducción en la reincidencia en el delito. "Se ha comprobado que el simple castigo no mejora la consecución de los objetivos marcados por nuestra Constitución, para ello es necesario mejorar el funcionamiento integral de los presos y, en este sentido, las necesidades sociales, emocionales y sexuales han de ser tenidas muy en cuenta", señala Carcedo.
Eso sí, aclara rotundamente que es necesario tener en cuenta el perfil de cada preso, especialmente en el caso de delitos relacionados con la violencia de género y/o sexual. "No hemos de olvidar que estos internos no son representativos de la mayoría de los presos y presas en nuestro país", insiste.
En este estudio, tomando una muestra de entrevistas (55 hombres y 64 mujeres) realizadas en la cárcel de Topas en Salamanca, se demostró que niveles más bajos de soledad social y una mayor satisfacción sexual se asocian con una mejor calidad de vida para todos los presos.
Este resultado es coincidente con un estudio anterior realizado también por el equipo del Dr. Carcedo con una muestra algo superior (118 varones y 70 mujeres). Por otro lado, este grupo de investigadores ha encontrado que los niveles de satisfacción sexual son especialmente importantes para la salud psicológica y la calidad de vida de aquellos presos que no tienen pareja, en otras palabras, "para los que más sufren la falta de resolución de las necesidades sexuales", matiza el experto.

¿Parejas dentro de prisión?

La conformación de las prisiones europeas y de las españolas, explica este investigador, permite la posibilidad de iniciar relaciones de pareja entre presos y presas dentro de la misma prisión, puesto que la mayor parte de estos centros son mixtos. En España actualmente, enumera, la situación de las prisiones es la siguiente: hay tres centros penitenciarios exclusivamente de mujeres(Ávila, Madrid mujeres y Alcalá de Guadaira en Sevilla), 13 exclusivamente de varones y 44 mixtos. Además, la proporción de género es contundente: aproximadamente, hay un 92% presos hombres y un 8% mujeres.
Así, por ejemplo, una de las cárceles mixtas, la de Topas en Salamanca, tiene 13 módulos de varones y tan sólo uno de mujeres. Además, ésta fue una de las primeras prisiones en permitir las relaciones de parejas y sexuales entre ellos. "Cada uno vive en su módulo, pero pueden compartir ciertas actividades con personas del otro sexo e incluso iniciar una relación de pareja", expone. Cuando se prueba la estabilidad de la relación, los presos pueden tener acceso a las llamadas 'comunicaciones íntimas'. Ésta es, tal como asegura, una de las medidas que ayuda a mejorar el estado de las necesidades sexuales de los presos.
De este modo, uno de los estudios anteriores realizado por este grupo de investigadores, publicado en 2011, encontró que los presos y presas que tenían pareja dentro de la misma prisión presentaban menores niveles de soledad y mejores niveles de satisfacción, salud psicológica y calidad de vida de los que no tenían pareja o la tenían fuera de prisión. Es más, entre estos dos últimos grupos no había apenas diferencias. "Es muy difícil que una pareja fuera de prisión pueda ayudar a resolver ciertas necesidades, de forma similar a cuando la pareja está dentro, porque el contacto no es tan frecuente, debido a las dificultades existentes para acudir a las visitas a prisión", resalta. No obstante, insiste de nuevo que el acceso a estas 'comunicaciones íntimas' ha de ser estudiado para cada caso.
Por otro lado, Carcedo señala que estas relaciones podrían beneficiarse si pudieran seguir un proceso de asesoramiento sexual y de pareja. "Hemos de trabajar para que estas relaciones (tanto fuera como dentro de prisión) estén libres de riesgos asociados a la sexualidad. La educación y la promoción de la salud han de ser siempre la respuesta", afirma.

Línea de investigación e implicaciones prácticas

Esta línea de investigación se inició en el año 1999. La teoría de las necesidades interpersonales básicas del que fuera catedrático del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad de Salamanca y también otro de los autores de dicho estudio, Félix López, ha sido uno de los principales referentes de este trabajo. Desde el año 2005, estos trabajos se han publicado en revistas científicas internacionales de impacto como el 'International Journal of Offender Therapy and Comparative Criminology'.
Teniendo siempre en cuenta el perfil de cada caso concreto, especialmente relevantes son las tres implicaciones prácticas que se deducen de este último estudio. Una es que reducir la soledad social de los presos es una de las maneras de aumentar su salud psicológica y su calidad de vida. Una segunda es que permitir que los internos puedan mantener relaciones de pareja y sexuales con otros presos dentro de la misma prisión parece tener resultados positivos. Y finalmente, el hecho de permitir las relaciones sexuales y de pareja a los presos y presas que cumplen su condena en prisiones mixtas es beneficioso para su calidad de vida y salud psicológica.